domingo, 17 de febrero de 2019

"Crucero por tierra: Venecia y Murano"

Tras un pequeño paréntesis durante las fiestas navideñas (y otras cosas...), retomo mi particular "crucero por tierra" para hablaros de "la Reina del Adriático".
Después de Florencia, nos dirigimos hacia Venecia. En un principio, la idea era parar en Padua, pero íbamos muy mal de tiempo, así que, nos fuimos directamente a Mestre, donde nos alojamos.
Mestre está a 10 minutos de Venecia en transporte público y hay bastante oferta tanto de autobuses como de trenes. Así que, aparcamos el coche en el hotel y nos fuimos a dar nuestro primer paseo por la "ciudad de los canales"
Compramos una tarjeta de transporte ilmitado durante 24 horas. Con ella pudimos utilizar el autobús, tren, vaporettos... en Venecia y sus islas. Cogimos un autobús que nos llevó hasta el Piazzale Roma. Nada más llegar me llamó la atención el Puente de la Constitución, construido por Santiago Calatrava, y  que atraviesa el Gran Canal comunicando el Piazzale Roma con la Estación de trenes Santa Lucía.
Aquí enlazamos con un vaporetto que nos llevaría por el Gran Canal hasta el "corazón de Venecia".
No puedo describir la sensación que experimenté cuando adiviné, a lo lejos, la plaza de San Marcos. Lo había visto tantas veces en películas y programas de televisión, había soñado tantas veces con ir a esta ciudad, que ese sueño se hacía, por fin, realidad.

Dedicamos la tarde a pasear por Venecia, a caminar por sus calles disfrutando de sus canales, sus góndolas e infinidad de maravillosos rincones y volvimos al día siguiente a terminar de "empaparnos" de esta maravillosa ciudad.
La Plaza de San Marcos es impresionante. Napoleón dijo de ella que era "el Salón más bello de Europa". Allí se encuentra la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, el Campanille y la Torre del Reloj
En esta plaza también está el Café Florian, uno de los más antiguos de Italia (data del año 1720) que ofrece música en directo desde hace más de 100 años.
La Basílica de San Marcos se comenzó a construir en el año 822 para albergar el cuerpo de San Marcos traído de Alejandría, aunque la obra actual pertenece al siglo XI. Se convirtió en la catedral de la ciudad en 1807.
Tuvimos que esperar unos veinte minutos de cola para entrar en el interior, pero mereció la pena. Está decorado con mosaicos de pan de oro. En el suelo, mosaicos de mármol....Maravilloso todo
El Campanille es el campanario de la catedral y es el edificio más alto de Venecia. La torre original servía como faro para los navegantes además de como campanario.
El Palacio Ducal comenzó siendo un castillo fortificado en el siglo IX aunque después de un incendio fue reconstruido y utilizado como prisión y fortaleza.

La Torre del Reloj (Torre dell'orolgio), de estilo renacentista, tiene en la parte superior dos figuras de bronce conocidas como los "Moros" que tocan la campana cada hora.
Junto a la entrada de la plaza, en el Gran Canal, también podéis ver las columnas de San Marco y San Teodoro, de granito, que fueron puestas allí en el siglo XII,  en el lugar en el que se celebraban las ejecuciones públicas.
Muy cerca de allí se encuentra el Puente de los suspiros construido en estilo barroco en el siglo XVII, comunica el Palacio Ducal con los calabozos y recibe este nombre por ser el camino que seguían los condenados a muerte pues desde sus ventanas veían por última vez la Laguna de Venecia.
Otro puente muy famoso en Venecia es el Puente Rialto. Es el más antiguo de los puentes de Venecia y uno de los cuatro que atraviesa el Gran Canal. Se construyó en el siglo XVI en sustitución al que había de madera.
Visitamos la Iglesia de San Geremia, donde se conservan los restos mortales de Santa Lucía.
En el distrito de Dorsoduro está la Basílica de Santa María della Salute que se construyó en el siglo XVII para celebrar el fin de la peste. En su interior se pueden observar pinturas de Tintoretto y Tiziano, entre otros.
Luca Giordano                                        Tiziano 
En este mismo distrito, en Campo de Santa Margarita, paramos para comer en el Ristorante Pizzeria Al Sportivi, donde el menú era abundante, económico, y en español, además de ir incluido en el precio el cubierto e impuestos.
Allí tomamos unas tostas de verduras que nos pusieron de aperitivo; una pizza Vienesa, con salchichas; una pizza Mozart, con carne de caballo; burrata con tomate. Para terminar, Crema caramele de la casa. Todo riquísimo y el trato de los camareros muy bueno.
El distrito de Dorsoduro es una zona muy tranquila, donde no hay tanto turista como en el centro, ideal para pasear tranquilamente.
En el Campo de San Rocco podéis ver la Scuola Grande de San Rocco, edificio del siglo XVI, muy importante en Venecia, donde Tintoretto pintó sus paredes y techos durante más de 20 años. En la misma plaza se encuentra también la Iglesia de San Rocco, donde se guardan las reliquias de San Roque de Montpellier, santo patrón de la ciudad.
Scuola Grande de San Rocco

Después de Venecia, Murano es la isla más grande de la Laguna Véneta. Es famosa por su cristal y allí se pueden visitar las fábricas y el Museo del vidrio. Aprovechando la cercanía, dedicamos un par de horas a visitarla.
Torre del Reloj
Frente a la Torre del Reloj y la Cometa de Vidrio se encuentra la  Iglesia de San Pietro Martire del siglo XIV y en su interior, entre otras cosas, podréis ver una gran cantidad de lámparas de cristal además de obras de Tintoretto y Veronesse.

Aprovechamos la visita para comprar algún detalle en cristal y, tras dar un corto paseo, regresamos a Venecia.
Venecia es una ciudad que enamora, es una ciudad en la que se respira arte por cada rincón, en la que no te importa perderte mientras paseas porque no dejas de descubrir rincones maravillosos, es una ciudad a la que volvería, sin duda. Pero la próxima vez, sin prisa...
Os dejo alguna imagen más de esta maravilla.
Hasta pronto amigos!!

domingo, 10 de febrero de 2019

Museo del Traje

El Museo del Traje nació para conservar, proteger y promover las colecciones de indumentaria y moda que custodia.
Está en Madrid,  situado en la Avenida de Juan de Herrera, 2 entre las estaciones de metro de Moncloa y Ciudad Universitaria y además de la exposición permanente, en la que por motivos de conservación van cambiando las piezas expuestas, también puedes disfrutar de exposiciones temporales muy interesantes.
Las prendas más antiguas de la colección son conservadas muy cuidadosamente debido a la fragilidad de sus tejidos. Os muestro unos jubones de finales del s. XVI - principios del XVII.
En la sala de "Ilustración y casticismo" hay una vitrina , "Velada musical" donde se pueden ver casacas y vestidos "a la francesa" del siglo XVIII.
 
Estos vestidos "a la francesa" protagonizaron la nueva moda introducida por los Borbones.
Tras la Revolución francesa se impone el "vestido camisa", adaptación de la nueva ideología y realizado en tejidos de algodón.
En esta sala también hay una muestra de la ropa del "Majismo"
El corsé y el miriñaque modelan la silueta que caracteriza el estilo romántico que aparece a partir de 1820.
Trajes de sociedad de esta misma época:
Durante la "Belle Époque" la moda vuelve a cambiar ligada a las creaciones liberadoras de Poiret y Fortuny. Éste último además de diseñar trajes, diseñó sus propios tejidos y su estilo inspiró a grandes diseñadores de nuestros días.
Fortuny
Diseños de Issey Miyake, Adolfo Domínguez y Gianni Versace Inspirados en Fortuny 
Durante los años 20 (años locos) también había modelos como éstos:
En los años 40 la Alta costura resurge con una silueta más clásica destacando las creaciones de Balenciaga y Dior:
Balenciaga
Dior
Aquí podéis ver diseños de grandes de la moda como Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Valentino, Emanuel Ungaro, Azzaro, Pierre Balmain, y muchos más...
Durante nuestra visita, la exposición temporal que pudimos visitar fue la denominada "La Vie en Rose", que, a través de una gama de colores que van del rosa pastel al fucsia, profundiza en los aspectos técnicos y simbólicos asociados al uso de este color en la cultura occidental, especialmente a través de su uso en la moda.
La verdad es que es un museo muy interesante que merece la pena visitar, y como, por motivos de conservación, van cambiando las piezas expuestas, cada visita será distinta... Hay que volver, sin duda.
Hasta pronto amigos!!