miércoles, 12 de octubre de 2016

Escapada a la Ribera (II) Visita a Bodegas Portia

Como ya os conté en el post anterior, el primer fin de semana de octubre hicimos una escapada a la Ribera del Duero y visitamos las Bodegas Protos. Nos gustó tanto la experiencia que aprovechamos el domingo para hacer otra visita.
Esta vez nos acercamos hasta Gumiel de Izán, en la provincia de Burgos (muy cerquita de Aranda de Duero). Allí pudimos visitar las Bodegas Portia y seguir aprendiendo sobre el vino con las explicaciones que nos dio Yolanda, nuestra guía durante la visita.
Esta bodega pertenece a una familia riojana, el grupo Faustino, que posee siete bodegas por distintas Denominaciones de Origen.
El arquitecto responsable de estas instalaciones es el británico Norman Foster y éste ha sido su primer proyecto vitivinícola. El mismo lo define como "Una estrella de tres puntas en el corazón de la Ribera del Duero". Os muestro la maqueta de las instalaciones
Es una edificación, sobre todo, funcional. Inspirada en una flor con tres pétalos, cada uno de ellos tiene una función: fermentación, maduración y embotellado (estos dos últimos pétalos están bajo tierra).
Las cepas se cultivan en vaso y en espalderas con alambres para  recibir más luz del sol. La producción de uva (exclusivamente Tempranillo) es de 7000 kg por hectárea. Los tractores acceden por la rampa que da acceso al primer pétalo en el que se encuentra la tolva donde descargan directamente la uva que transportan. La uva seleccionada a mano, entra por otra puerta situada a la derecha de dicha tolva.
Rampa de acceso
De aquí se accede a la zona de fermentación. Éste es el pétalo que no está soterrado. La fermentación alcohólica se realiza en 46 depósitos troncocónicos que tienen una capacidad de 30.000 litros cada uno. Aquí se mueve el vino con remontadas para que el sombrero se siga mezclando con el mosto.
Una vez que ha pasado el tiempo necesario (dependiendo de la calidad del vino que se quiera obtener), se pasa a otros depósitos después de quitar todo el hollejo. Son 10 depósitos de 53.000 litros cada uno, que se encuentran en el corazón de las instalaciones, esta situación facilita el trasiego del vino.
En el siguiente pétalo que visitamos es donde el vino madura en barricas de 225 litros. El 90% son de roble francés y el 10% restante de roble americano. Al entrar me dió una sensación muy agradable. Todas las barricas ordenadas en durmientes, con esa luz tenue, natural, que procede del exterior y muestra ese color rojizo por los pequeños cristales que hay en la pared, canto gregoriano en el ambiente, obras de arte en las paredes... Era como un gran santuario dedicado al vino. Con razón le llaman la Catedral.

Una vez pasado el tiempo correspondiente a cada tipo de vino en su barrica, pasa a ser embotellado. Los corchos que utilizan son nacionales. El corcho permite seguir respirando al vino, de hecho la cápsula que lo protege lleva dos pequeños agujeros para hacerlo posible. Aquí no se elaboran vinos ecológicos, pero tienen muy en cuenta los alérgenos, de hecho no clarifican el vino con huevo sino con una proteína incolora
Sala de embotellado
 Antes de llegar a la zona del botellero pasamos por una bodega privada donde "custodian" los vinos de algunos clientes. Cada nicho tiene una capacidad de 300 botellas. 
Y tras esto, llegamos al botellero. Presumen de ser el único botellero vertical. Es impresionante. Está inspirado en una biblioteca de Londres y tiene una capacidad de 60000 botellas. Son unos paneles de roble que tienen una pequeña inclinación para facilitar que el vino esté en completo contacto con el corcho.
De aquí pasamos a la sala de catas. Comparamos dos vinos: Portia crianza y Portia Prima. Buenísimos los dos, cada uno con sus peculiaridades. De nuevo diferenciamos con el olfato, la vista y el gusto.... Experiencia 10. Para repetir, sin duda.
Antes de despedirme con unas imágenes de las instalaciones os cuento dos curiosidades:
Portia, la séptima bodega del Grupo Faustino parece una estrella desde el cielo, así como la séptima estrella del séptimo planeta, Urano, se llama Portia.
Las etiquetas de las botellas también han sido diseñadas por Norman Foster.
Entrada principal
Espacio social
Terraza y restaurante











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