lunes, 25 de abril de 2016

Scrapeando (IV)

Pues yo sigo dedicando mi tiempo libre al Scrapbook y sigo haciendo cositas que os quiero enseñar.
Desde la última vez que os mostré mis trabajos he hecho otra silueta. Del mismo estilo que las que puse en este post de noviembre pero es que me encanta decorarlas con papel. De todas formas, probaré a decorar alguna con pintura, que también quedan muy chulas...


Desde principios de año tengo una máquina para encuadernar (Bind it all) y cada vez que puedo me hago una libreta. Aún no la controlo pero poco a poco y con práctica espero poder llegar a hacer mi propia agenda para el próximo año.
La primera la he hecho recuperando el papel de esos cuadernos que, cuando acaba el curso, quedan en blanco. ¿No os pasa a vosotros? Papeles que da pena tirar porque están sin usar y que muchas veces no sabemos cómo gastarlos. Pues yo los he cortado al tamaño que mejor me ha parecido y aquí está mi libreta, lista para usar.
 
Los siguientes son hechos con folios blancos o de color y en distintos tamaños y versiones:


La última que he hecho (de momento) está un poquito más elaborada. Le he puesto por dentro además de un bolsillo, unas tiras donde poder sujetar etiquetas, pequeñas notas, un marcapáginas, lo que se nos ocurra...
Ahora estoy haciendo unos álbumes de fotos... Nuevos retos.
Ya os contaré.







domingo, 17 de abril de 2016

Restaurante Arriba

Ya os había hablado de Platea el año pasado. Es un sitio espectacular para tapear, tomar una copa, comer, cenar, disfrutar de un espectáculo mientras haces todo lo anterior...
Desde que lo conocemos no podemos pasar por la puerta sin entrar. Y nos faltaba conocer el restaurante del primer piso: Arriba.
Como ya os comenté en su día, el responsable es Ramón Freixa (con sus estrellas y soles) así que suponíamos que íbamos a cenar bien. Lo cierto es que se cumplieron nuestras expectativas. Cenamos muy bien!.
Comenzamos la noche tomando una cerveza en la segunda planta, en el Palco, un sitio muy agradable donde poder tomar una copa tranquilamente. Aunque tengo que poner una pega, te ponen conguitos con la cerveza .....
Vista del escenario desde el Palco
 
De allí bajamos a la primera planta. Al restaurante. El personal, súper atento, amables, el servicio rápido, éramos diez personas y los tiempos de espera fueron mínimos.
Mientras esperas, te ponen un pan calentito, con semillas, con un aceite de oliva arbequina espectacular (creo que la marca es La Boella..)



Pedimos unos primeros para compartir...
  • Croquetas de jamón, muy cremosas y suaves
  • Rodaballo frito rebozado con corn flakes y listo para comer
  • Tomate raff con crema de queso (burrata) y ventresca de atún
  • Ensaladilla rusa preparada de una forma muy original

Después pedimos unos segundos:
  • Pechuga de pollo de corral orgánico
  • Pluma ibérica lacada
  • Taco de merluza con refrito de ajetes
  • Corvina con salsa romescu
  • Chuleta de ternera a la brasa (para dos personas)
Puedes pedir distintos tipos de guarnición. Yo me decidí por una Green (ensalada verde)
 Tomamos un vino ecológico, D. O. Toro, Corral de Campanas (2013) elaborado con la variedad de uva Tinta de Toro 100%
Para terminar, probamos un postre riquísimo: 100% Chocolate

Yo opté por un Med Cocktail Gin Basil Smash, Un gin tonic muy suave y dulce.



 Mientras disfrutamos de esta riquísima cena, Platea se inundó de música de los años 20 con bailarines, acróbatas..Roaring Twenties era el nombre del espectáculo


 Pues hasta aquí os puedo contar. Fue una experiencia muy buena. Un sitio recomendable al que volveré. Sin duda.
Os dejo un pequeño vídeo que sirva como muestra del espectáculo.

viernes, 15 de abril de 2016

Museo de San Isidro

En la Plaza de San Andrés de Madrid, se encuentra el Museo de San Isidro.
Se le conoce como la casa de San Isidro porque, según la tradición, fue la casa de los Vargas, los amos del santo y  dicen que allí vivió y murió.
Aquí estuvo el palacio de los Condes de Paredes desde mediados del S. XVII hasta mediados del s. XIX siendo esta época la de mayor esplendor y durante la cual se construyó la Capilla dedicada al Santo. Tras un periodo de decadencia y abandono, el edificio se demolió casi en su totalidad y se reconstruyó conservando la Capilla, el Pozo del Milagro y el Patio Renacentista.
Hay una exposición permanente, Orígenes de Madrid, dedicada a la historia de la ciudad desde la Prehistoria hasta el traslado de la corte en 1561 por decisión de Felipe II.
En este museo se puede visitar el Almacén (situado en el sótano del edificio),donde se guardan piezas de las encontradas en excavaciones realizadas en Madrid y alrededores durante cerca de 130 años. Piezas que algún día serán expuestas en las salas públicas. Muy interesante.
Entre los 1000 objetos seleccionados para mostrarnos un resumen cronológico de la evolución de la cultura en Madrid, podemos ver minerales, instrumentos en piedra, cerámica, vasijas de todas las épocas, restos fósiles, carteles históricos de las excavaciones realizadas en el s. XX....

Restos de un Mastodonte encontrado en 1959 en Arcillas de la Cerámica"Mirasierra", Tetuán, Madrid
En el museo podemos seguir la historia de Madrid desde la Prehistoria gracias a los restos arqueológicos encontrados en numerosas excavaciones de la ciudad y alrededores. Lo primero que me ha llamado la atención, son los restos de un elefante. Parece ser que a partir de la explotación de las arenas del río Manzanares en el s. XIX, se han encontrado muchos restos de estos animales y de mamuts.
La siguiente foto es el cráneo con defensas de un elefante. Fue encontrado en un arenero de Orcasitas.
El valle del Manzanares estuvo ocupado por el hombre desde el Paleolítico Inferior, atestiguado por los utensilios encontrados a lo largo de las márgenes del río entre El Pardo y el Jarama.
Restos encontrados en distintos areneros de Getafe, Usera, Villaverde..
En 1927 encontraron una villa romana en Villaverde y a partir de los restos aquí encontrados, se ha recreado un dormitorio donde el suelo tiene parte del mosaico original. Una depresión circular en éste servía para recoger el agua utilizada en su limpieza.

Me ha llamado la atención ver la evolución de las distintas murallas de Madrid.
Maqueta de la ciudad donde se pueden ver las distintas murallas
El Museo también tiene un jardín arqueobotánico en el que se han reunido algunas de las especies que había en el Madrid medieval. Enebro, fresas, albaricoquero, higuera, romero, cilantro, madroño, lavanda, orégano, hiedra, granado, endrino... son algunas de las hierbas y árboles que os podéis encontrar en este pequeño y tranquilo jardín.
Otro rincón con encanto es el Patio Renacentista. El Palacio se construyó en el primer tercio del s. XVI y el patio se inspiró en el del Rey del Alcázar de Madrid, modelo que se desarrolló en numerosos palacios de la Alcarria y en la propia ciudad de Madrid.
 En este patio podemos contemplar distintas esculturas que han formado parte de algunas fuentes emblemáticas de la ciudad. El Oso y el Dragón que os muestro son del s. XVIII y estuvieron en la pileta de la fuente de La Cibeles para que los madrileños se abastecieran del agua que manaba de su boca. Se retiraron de la fuente en 1862.
Al fondo del patio podéis ver "Tritones y Nereidas con delfines ", las esculturas de finales del siglo XVIII que remataban las Cuatro Fuentes del Prado. Actualmente hay reproducciones. Tanto estas como las anteriores esculturas están hechas de piedra caliza de Colmenar.
Frente a este patio se encuentra la Capilla, construida en el s. XVII en el lugar en el que, según la tradición, vivieron San Isidro y su mujer Santa María de la Cabeza en dos pequeñas habitaciones.
Muy cerca está el Pozo del Milagro. Cuenta la tradición que un día el hijo de San Isidro se cayó al pozo y al llegar éste a casa y encontrarse a su mujer muy afligida se arrodillaron los dos y comenzaron a rezar pidiendo a Dios que les consolase de aquella pena. Mientras esto ocurría, las aguas del pozo comenzaron a subir hasta alcanzar la altura del brocal y sobre ellas el niño, sentado, jugando en el agua.

Pero parece que éste no es el único milagro que se le atribuye a San Isidro. Un día que estaba trabajando en el campo, llegó su señor y le pidió un poco de agua para beber. El santo se dio cuenta de que se le había terminado así que golpeó el suelo con su cayado diciendo: "Cuando Dios quería, aquí agua había". En aquel momento comenzó a brotar agua del suelo.
Otro día, paseando vio una liebre que iba a ser alcanzada por un galgo. Apiadado ordenó, en nombre de Dios, al perro que se detuviese quedando paralizado hasta que la liebre estuvo a salvo.
Etc, etc....
San Isidro fue enterrado en el cementerio parroquial de San Andrés, actual jardín del museo. De ahí fue trasladado a distintas iglesias. Desde 1769 sus restos están en la Colegiata de San Isidro.



Tras la visita a este museo es muy agradable dar un paseo por la zona y de paso, tapear en cualquiera de los bares que hay en la Cava Baja. Acierto seguro.

Iglesia de San Andrés



viernes, 8 de abril de 2016

Escapada a Baiona

El pasado verano me "enredé" tanto contando el viaje que hicimos a Berlín, que se me quedó en el tintero una escapadita que habíamos hecho un día a Baiona. Como dicen que nunca es tarde, aprovecho ahora que estoy bastante tranquila, en lo que a salidas se refiere, y os cuento mi experiencia en esas pocas horas que disfrutamos de esa bonita villa de la costa gallega.
Baiona se encuentra al sur de las Rías Baixas en una preciosa bahía que la protege del mar abierto. Tiene mucha historia pero quizá lo más importante o al menos lo más conocido es que en el año 1943 arribó en su puerto la Carabela Pinta, comandada por Martín Alonso Pinzón. Así se convirtió en el primer pueblo de Europa en tener conocimiento del descubrimiento de América. Con la conmemoración del V Centenario de este hecho, se hizo una réplica de dicha Carabela que está amarrada en uno de sus muelles y se puede visitar y disfrutar.
(Foto de Baiona.org)
Placas conmemorativas del V Centenario

Pero vamos por orden....
Lo primero que vimos al llegar fue La Virgen de la Roca. Un impresionante monumento, de 15 metros de altura, construido en granito sobre las rocas del monte Sansón. La Virgen tiene en su mano derecha una barca que es un mirador al que se puede acceder por una escalera interior, de caracol, de 45 escalones.
La cara y las manos son de mármol blanco y la corona de porcelana.

Está situada en un pequeño parque forestal en el que hay un Vía Crucis y donde se celebra una romería el último domingo de agosto.
Baiona tiene varios paseos marítimos. Además del "comercial" que transcurre paralelo a la calle principal y en el que están la mayoría de restaurantes y comercios, conocimos el Paseo del Monte Boi, que transcurre por la base de la fortaleza, junto al mar, y en el que se disfruta de la vista de las playas de los alrededores, así como de pequeñas calas, piscinas de piedra...


En la península del Monte Boi, se encuentra la Fortaleza de Monterreal, testigo de la historia de Baiona como recinto defensivo y residencial. Actualmente, en su interior se encuentra el Parador Condes de Gondomar.
Muy interesante también es pasear por su casco histórico, declarado "Conjunto de Interés Histórico Artístico" por la Xunta de Galicia en 1993. Calles empedradas, rincones con encanto...

Y mientras paseas te encuentras con joyas arquitectónicas como:
  • Capilla de Santa Liberata, del siglo XVIII y consagrada a la hija mártir de Baiona, que fue la primera mujer crucificada en el mundo. Sobre el dintel de la fachada se puede ver una imagen de la santa. Y en el retablo, una imagen de su crucifixión.
Retablo y detalle.
  • Capilla de la Misericordia, que hasta el año 1956 se encontraba dentro del recinto de la fortaleza y ese año fue reedificada en el lugar que ocupa actualmente por "conveniencia del servicio". Es una pequeña y austera iglesia que tiene en su interior un patrimonio muy valioso del que destaca su altar principal de estilo barroco y dos laterales de la misma época.


  • Colegiata de Santa María de Baiona, construida en el s. XIII y de estilo ojival románico. Tiene un precioso rosetón en la fachada




Y como todo no puede ser pasear y ver historia, llegó el momento de cuidar el estómago. En Baiona hay infinidad de sitios donde comer bien. Nos aconsejaron cualquiera del casco antiguo y "caímos" en un pequeño bar de tapas: Recuncho Mariñeiro. Y comimos bien. Muy bien. Os enseño una pequeña muestra pues era tarde y el hambre apremiaba. Con alguna cosa no llegué a tiempo de fotografías...

Y hasta aquí nuestro día en Baiona. Dimos un último paseo disfrutando del paisaje y prometimos volver el próximo verano.
A ver si es verdad....