El Duomo es lo que más me impresionó. Fue la noche que llegamos. Íbamos paseando por la Vía Camillo Cavour cuando, de repente, apareció. Monumental, impresionante, colosal, un edificio grandioso en un espacio tan recogido... porque aunque la plaza del Duomo es grande, al lado de la catedral parece pequeña.
La Catedral de Santa María del Fiore, tiene una preciosa fachada de mármol blanco y verde. Se comenzó a construir en 1296 y sus obras finalizaron en 1368. Es una de las iglesias más grandes del cristianismo. Tiene una enorme cúpula, de 45 metro de diámetro y 100 metros de altura construida, en ladrillo, por Brunelleschi 124 años más tarde. Éste la diseñó como dos cúpulas, una dentro de la otra.
Se puede subir a la cúpula, así como al Campanile de Giotto
Las escenas del Juicio Final que se pueden observar en la cúpula interior son de Vasari y Zuccaro, y están entre las pinturas murales más grandes del mundo.
Frente al Duomo está el Baptisterio de San Juan. Es el edificio más antiguo de la plaza.
Si caminamos un poco más hacia el río, nos encontramos la Galería de los Ufizzi, uno de los museos más grandes del mundo, del que os hablaré en el próximo post.
No podéis dejar de cruzar y admirar el famoso Ponte Vecchio, otro icono de la ciudad. Data del año 1345 y en los siglos XV y XVI, sus casas colgantes estaban ocupadas por carniceros y matarifes, pero cuando la corte se mudó al Palacio Pitti, el rey ordenó cerrar las tiendas por el mal olor. Desde entonces, están ocupadas por joyeros y orfebres.
En esa época también se construyó el Corredor Vasariano, un corredor que comunica el Palacio Vecchio con el Palacio Pitti pasando sobre el puente.
En esta foto tomada desde la Galería Uffizi, se ve muy bien el corredor Vasariano |
En la Fontana del Porcellino hay una pequeña estatua de bronce que representa un jabalí. Es tradición que todo aquel viajero que desee volver a Florencia o tener buena suerte en la vida, frote con su mano el hocico del animal. Os podéis imaginar el desgaste... afortunadamente ésta no es la estatua original, es una réplica.
Hay otro sitio emblemático que tenéis que visitar: la Piazzale Michelangelo. Presidida por una réplica del David de Miguel Ángel, es uno de los mejores miradores de Florencia. La gente sube antes de la puesta de sol, buscando la mejor imagen de la ciudad al atardecer.
Otro sitio que no os podéis perder es la Galería de la Academia, donde se encuentra el famosísimo David de Miguel Ángel. Es impresionante. Hay que estar allí para poder emocionarte viendo una OBRA MAESTRA como ésta, realizada por un gran genio. No olvidemos, que está realizada entre 1501 y 1504, en mármol blanco y con unas grandísimas dimensiones. Junto con la Catedral, fueron las dos cosas que me hicieron emocionar en Florencia.
Aquí también podéis ver otras esculturas, pintura religiosa y, además, hay una exposición permanente de instrumentos musicales, donde se exponen verdaderas joyas.
Una de las iglesias más importantes de la ciudad es la de Santa Maria Novella, declarada Patrimonio de la Humanidad. Luce una fachada de mármol que se encuentra entre las más importantes del Renacimiento florentino.
No me quiero extender más. Como os dije al principio de este post, Florencia es una ciudad en la que hay arte por todos los rincones.
Durante nuestra estancia allí, el segundo día hicimos una escapada a la región de Chianti, pero eso os lo contaré otro día.
Ahora os dejo con alguna imagen del Mercado Central, un espacio gastronómico que merece una visita.
Se me olvidaba deciros que interesa llevar compradas con antelación las entradas a cualquiera de los sitios que queráis visitar y así evitaréis hacer eternas colas. Buscad las páginas oficiales de cada sitio.
Hasta pronto amigos!!