Después de la región vitivinícola de Chianti, llegamos a Siena, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995 por considerar que ha conservado las características de una auténtica ciudad medieval.
La Piazza del Campo es una de las plazas medievales más grandes que se conserva, siendo el centro neurálgico de la ciudad, donde, dos veces al año, se celebra el famoso Palio que básicamente es una carrera de caballos que enfrenta a los competidores de los distintos barrios de la ciudad. Tiene una gran tradición y es considerada una de las fiestas históricas más importantes de Italia.
En esta plaza destaca el Palazzo Pubblico, sede del ayuntamiento, con una fachada que combina ladrillo y mármol blanco. Tiene una torre (Torre del Mangia) de 88 metros de altura. Fue construida para tener la misma altura del Duomo como símbolo de igualdad entre el estado y la Iglesia.
Frente a éste, podéis ver la Fonte Gaia, construida en el siglo XV. Está construida en mármol y decorada con preciosas esculturas.
El día que estuvimos, tuvimos la suerte de ver el desfile de dos grupos de distintos distritos. Seis días antes se había celebrado el primer Palio (2 de julio) y supongo que estos desfiles tendrían algo que ver con ello. Lo que quedó muy claro es la entrega de los participantes y cómo lo viven desde pequeños.
Según vas caminando por la ciudad, te das cuenta de que cambias de distrito por las banderas o estandartes que lo adornan, incluso por las luces que iluminan las calles...
La Piazza Salimbeni, de finales del siglo XIX, es una pequeña plaza formada por el Palacio Espannocchi (a la derecha), la Rocca Salimbeni (en el centro. Es el banco más antiguo del mundo) y el Palacio Tantucci (a la izquierda)
El Duomo de Siena fue construido entre los siglos XII y XIV en estilo Románico y Gótico. No pudimos acceder a su interior pues llegamos un poco tarde... Dicen que lo más impresionante es el suelo de mármol con incrustaciones, que normalmente está cubierto para protegerlo de la afluencia de público y sólo se expone unos meses al año. Una vez allí, nos conformamos con admirar su exterior, en mármol blanco, con una riqueza en decoración impresionante.
De vuelta a Florencia, por otra carretera distinta a la que nos llevó hasta allí, paramos en San Gimignano, otro pequeño pueblo medieval amurallado, famoso por sus 14 torres.
Las 14 torres que se conservan forman parte de las 72 que se construyeron en una especie de "competición" entre las familias más adineradas pues laa altura de la torre simbolizaba poder y riqueza. San Gimignano es conocido como el Manhattan medieval y su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990.
Paseando por sus calles, descubrimos es Parque de la Roca, en el que pudimos disfrutar de fantásticas vistas.
En la Piazza del Duomo podéis ver la Basílica de Santa María de la Asunción y la Torre Grossa, construida en 1310, que es la torre más alta de San Gimignano con 54 metros.
Otra plaza muy agradable, lugar de reunión, donde abundan las terrazas y bares es la Piazza della Cisterna. Aquí se celebraban torneos, fiestas, mercados... y recibe su nombre por la cisterna de agua que hay bajo la plaza y que está rematada por un brocal de pozo.
Os dejo alguna imagen más de este precioso pueblo donde se "respira medievo" por todos los rincones. Espero que os guste.
Hasta pronto amigos!!
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