viernes, 21 de diciembre de 2018

La Haya (III)

Después de dos años, volví a La Haya. Visitar la ciudad a la llegada del invierno, permite conocerla desde otra perspectiva muy interesante también, aunque, eso sí, un poco incómoda (tuvimos mucho viento).
El centro de la ciudad está como siempre, a excepción de la iluminación que anuncia las fiestas navideñas y la embellece aún más. Esta vez, hemos hecho cosas que quedaron pendientes en anteriores viajes....
Lo primero ha sido probar las famosas patatas fritas holandesas. Hay varios establecimientos donde te las preparan en unos cucuruchos de papel acompañadas de alguna salsa. Nosotros fuimos a Frites Atelier (en Venestraat, 7) y allí tomamos las patatas clásicas, con dos mayonesas, y las patatas con carne de ternera. Cualquiera de ellas deliciosas!!
En Nochevieja, es tradicional comer las Oliebollen (buñuelos) y en estas fechas ya hay puestos por la ciudad que venden bastantes variedades de estas "bolas de aceite". Probamos la tradicional, cubierta de azúcar glass. Riquísima!!

Siempre hemos oído hablar de los Hofjes. Son unos patios interiores con jardín que existen desde la época medieval. Son un remanso de paz en los que, una vez traspasas la puerta de entrada, reina el silencio y la tranquilidad. Originariamente se construyeron para los ancianos, sobre todo mujeres, y para los más desfavorecidos. En la Haya hay más de 100, muchos de ellos visitables. Nosotros conseguimos encontrar el Rusthof  tras una sencilla puerta verde (en Parkstraat 41-61).
Otro sitio pendiente de conocer era la licorería Van Kleef (en Lange Beestenmarkt, 109) que es la licorería más antigua de La Haya y la preferida de Van Gogh durante su estancia en esta ciudad. Allí puedes encontrar una gran variedad de licores que elaboran artesanalmente y el local mantiene su encanto original.
A pesar del mal tiempo, nos acercamos a dar un paseo por Westduinpark. Es un parque natural, con dunas, que pertenece a la red de espacios protegidos Natura 2000. Es un lugar con una gran variedad de flora y fauna protegida aunque los únicos animales que vimos fue un grupo de vacas de las 11 que pastorean por allí.
Los lunes, miércoles, viernes y sábados hay un mercado al aire libre, Haagse Markt, donde puedes encontrar de todo. Es el mercado de este tipo más grande de los Paises Bajos y uno de los más grandes de Europa. Está en Herman Costerstraat.
Tuvimos la suerte de poder ver un espectáculo de luces y música en el Binnenhof. La fachada del Riderzaal, servía como pantalla de cine en la que se proyectaba un vídeo que describía 800 años de la historia de la ciudad. Experiencia muy interesante.
También visitamos el Museo Escher, donde pudimos disfrutar de la obra del más famoso artista gráfico neerlandés. Para mí era totalmente desconocido, pero después de ver sus obras y conocer parte de su historia, me declaro fan incondicional. Os lo contaré en otro post.
Os dejo alguna imagen más de esta preciosa ciudad y con ellas me despido.
Hasta pronto amigos!!




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