Ocupa un edificio barroco que originalmente fue el Hospicio de San Fernando, construido por Pedro de Ribera y con una maravillosa portada que se considera una de las obras más representativas del barroco civil español. La verdad es que sólo la fachada merece la pena.
En el interior podemos ver desde pinturas a maquetas, pasando por estampas, dibujos, porcelanas, fotografías, abanicos, ropas, etc.... Objetos testigos del paso del tiempo y a la vez de la evolución histórica y artística de esta gran ciudad que es Madrid.
Me han llamado la atención muchas cosas, pero quizá, lo que más original me ha parecido, son los abanicos, que han sido accesorio indispensable de las mujeres en los paseos y actos sociales y que cuentan su propia historia. Os muestro algunos ejemplos.
De arriba a abajo: Guerra de la Independencia y Motín de Aranjuez |
Muestra de escenas y de lugares históricos |
Abanicos dedicados a Rossini. 1830. Papel y hueso, vitela y nácar. Modelos que muestran ejemplos de la vida social y musical del s. XIX |
Hoy me he enterado de que junto a la Puerta de Alcalá, hubo una plaza de toros. En la esquina de Alcalá con Claudio Coello hay una placa que da fe de ello. Pues aquí tenéis la maqueta de dicha plaza que fue construida con el apoyo económico del Rey Fernando VI en 1749.
Y otra más en Ciudad Lineal. Aquí tenéis el cartel de la inauguración de dicha plaza el 27 de septiembre de 1908.Más ejemplos de la vida social, musical y artística de Madrid en el s. XIX:
Agua, Azucarillos y Aguardiente. Zarzuela del maestro Chueca |
Maqueta del Teatro Real c.a. 1835 |
Esto es lo que ha dado de sí la mañana de hoy, 19 de marzo, día del padre.
Y después de esto, para reponer fuerzas, hemos vuelto a la Bodega de la Ardosa de la que ya os hablé en otro post (pincha aquí )
Aquella vez habíamos probado unas alcachofas excepcionales que hoy hemos vuelto a tomar pero la visita pendiente era para probar la tortilla de patata (que es por lo que es famoso este sitio) y las croquetas de las que también hablan muy bien y con razón.
Esta vez hemos estado en la trastienda a la que se accede pasando por debajo de la barra. La tortilla, con cebolla, jugosísima y las croquetas como las de casa, con la bechamel suave y jugosa y con "tropezones". Es difícil conseguir sitio, pero merece la pena intentarlo.
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