Las Bodegas Protos, dentro de estas actividades, te ofrecía ser winemaker por un día. Una experiencia muy interesante y divertida.
Pero vamos por partes....
Estas bodegas están situadas en Peñafiel (Valladolid) bajo la montaña de su famoso (y precioso) castillo.
La visita a la bodega duró, más o menos, dos horas. Comenzamos viendo un video en el que se explica su historia y evolución.
Es la primera bodega que se creó en la Ribera del Duero ( 1927) y éste era su nombre precisamente, "Ribera del Duero", nombre que más tarde cedieron al Consejo Regulador de Denominación de Origen.
Fueron los primeros en la Ribera y de ahí viene el nombre de su vino "Protos" (del griego, primero).
Desde su creación no ha parado de crecer hasta el punto de que hay una red de túneles de más de 2 kilómetros que unen las primeras instalaciones con las nuevas, inauguradas éstas últimas en el año 2010.
Pero seguimos con la visita...
Ésta es una bodega de envejecimiento. Hay pasillos interminables de barricas, unas 13.000 en total que se limpian cada tres meses.
Pero no solo hay barricas en esta encrucijada de túneles. Hay unos pequeños santuarios que a mí me parecieron entrañables.
El primero que encontramos es una pequeña "bodega-museo" donde se guardan botellas de todas las cosechas.
El siguiente santuario que nos encontramos es la Sala de los Consejeros, dedicada a las personas que desinteresadamente formaron parte de los diferentes Consejos de Administración de las bodegas desde 1927 hasta nuestros días. Aquí cuentan con un espacio en el que se custodian sus vinos.
Similar a éste es el Círculo de los Primeros, dedicado a personas que han destacado, han sido primeros, en sus respectivas profesiones. Algunos de los homenajeados son David Cal, Vicente del Bosque, Víctor Ullate, Richard Rogers, entre otros.
En esta visita nos acompañó y guió Virginia, que nos fue dando todo tipo de explicaciones tanto de las instalaciones como del proceso que sigue la uva desde su recolección (a mano) hasta su fermentación, maduración, embotellado....
Nos explicó que los vinos de Protos son monovarietales, 100% Tempranillo. Nos explicó también el proceso de fermentación de la uva y cómo se termina aprovechando todo, hasta los hollejos.
También cómo cambia el tiempo de maduración del vino, los diferentes tipos de barricas, etc.
Las uvas de las cepas más viejas son las que se utilizan para hacer los mejores caldos, ya sean vinos de autor, reserva o gran reserva. Tienen viñedos de más de 70 años...
La sala donde están los depósitos para la fermentación es enorme también:
Aquí es donde se mezcla el mosto con el hollejo durante un tiempo y una temperatura que varía dependiendo del vino que se quiera obtener. El vino de autor hace esta fermentación en barricas de roble francés de 500 litros.
El siguiente paso es el paso a las barricas que serán de roble francés o americano dependiendo, también, del vino. Apiladas en durmientes esperarán el tiempo necesario hasta pasar el vino a la botella.
Todo esto sucede en las nuevas instalaciones de Bodegas Protos. Ambas comunicadas por un túnel. El botellero tiene una capacidad de 3.500.000 botellas almacenadas en jaulas.
De aquí pasamos a la sala de catas donde pudimos experimentar mezclando para crear nuestro propio vino, con unas explicaciones previas de Virginia. Fue una experiencia muy divertida y enriquecedora.
Aprendimos que antes de pasar a botella el vino joven está unos meses en barrica 100% roble americano.
El crianza 50% roble francés y 50% roble americano.
El Reserva 80% roble francés y 20% roble americano.
El Gran Reserva 90% roble francés y 10 % roble americano.
El Vino de autor 100% roble francés.
También aprendimos la diferencia entre la madera de roble francés y americano. Al ser éste último más poroso, da más sabor a madera.
Nos fijamos en la diferencia de color, olor y sabor de los distintos vinos de que disponíamos para nuestras mezclas y de los que elaboramos.
Por último hicimos una cata de uno de sus vinos (ya no recuerdo cuál...)
No puedo irme sin hacer una pequeña reseña a las nuevas Bodegas Protos.
El diseño es de Richard Rogers que también diseñó la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. De hecho recuerda un poco a este último. Los materiales que predominan son el hormigón pulido, la madera y el cristal (paralelismo con túneles, barricas y botellas?). Si ves desde arriba la bodega parece un racimo de uva, la cubierta son cinco bóvedas que van disminuyendo de longitud. Por dentro es muy espaciosa y funcional.
Me despido por hoy con alguna imagen más.
Fotografía propiedad de Bodegas Protos |
Fotografía propiedad de Bodegas Protos |
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