Nuestro segundo día #Valladovid comenzó con un paseo por la ciudad. Nos acercamos a ver el río Pisuerga y contemplamos la preciosa fachada de la Iglesia de San Pablo. A media mañana nos recogería el autobús que nos llevaría a visitar la segunda bodega de esta experiencia.
En Olivares de Duero está ubicada la
Bodega Renacimiento del Grupo
Matarromera. Allí nos recibió Lorena, que nos explicó cosas muy interesantes.
El vino que se elabora en esta bodega es
Rento, un vino único y exclusivo elaborado con tempranillo 100% y con D. O. Ribera del Duero.
Después de una selección manual de la uva y su despalillado, se realiza una fermentación alcohólica a través de levaduras en depósitos con camisa de refrigeración (corrientes continuas de agua a una temperatura entre 23 y 27 grados). Esta fermentación dura entre 15 y 20 días.
En la sala donde están estos depósitos, también vimos uno "siempre lleno" que se utiliza para almacenaje. Al tener una tapa con bomba neumática, se adapta al nivel del vino que haya en el interior para evitar que se oxide.
La fermentación maloláctica se realiza en barrica a través de bacterias.Este vino siempre estrena barrica, donde pasa 18 meses. Cada 5 o 6 meses se hace un trasiego a depósitos para lavar y desinfectar las barricas. Éstas son de 225 litros de roble con un tostado medio o plus.
Las barricas las reutilizan en otras bodegas para la elaboración de otros vinos pero también se venden a particulares que hacen su propio vino en casa o las utilizan para decoración. Y las que se desechan, van a la caldera de biomasa para agua caliente y calefacción en las bodegas.
Además, aquí aprovechan todo lo que da el viñedo. Con el raspón hacen compost; con los hollejos, aguardientes y brandys; con los polifenoles, el eminol (producto patentado) para productos de cosmética; con el eminol sobrante, un complemento alimenticio (Vinesenti) que potencia el sabor de los alimentos, entre otras cosas...
Después de todas estas interesantes explicaciones, comenzamos con la cata. El primer vino que probamos fue un vino al que aún quedaban unos días en barrica antes de ser embotellado. Un vino interesante que anuncia lo que va a terminar siendo.
Tras ésto, en una acogedora sala que está en la planta superior, probamos y disfrutamos del vino estrella del día además de una comida informal compuesta por exquisitos productos.
Fue una mañana memorable. No sólo disfrutamos del buen vino y de los buenos productos de la tierra. También pudimos conocer un poco más a nuestros compañeros de viaje en un ambiente relajado y distendido propicio para fomentar las relaciones personales....
De allí, volvimos a Valladolid. Esa tarde la aprovechamos para visitar el Museo Nacional de Escultura. Pero esa es otra historia que os contaré en otro momento....
Hasta pronto amigos!!
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