Comenzó poniéndonos en antecedentes históricos: fueron los monjes premostratenses los que, en la Edad Media, llevaron la viticultura a esta zona; nos contó la historia del pueblo de Valoria la Buena, cuyo germen está en la actual Hospedería, que tiene 1000 años de historia.
También nos habló del panorama que quedó en esta zona tras la llegada de la Filoxera, la Guerra Civil y la industrialización; de los injertos, variedades de viñas, fertilidad del terreno, además de la historia de su bodega y cómo, con el paso de los años, ha ido prosperando.
En el interior de la bodega nos habló de los vinos que elaboran y probamos algunos de ellos. Aquí hay una gran sala en la que se celebran distintos tipos de eventos y en la que hay unas grandes cristaleras que permiten disfrutar de unas magníficas vistas de los viñedos...
Desde el año 2009 toda su producción es ecológica y son especialistas en vinos rosados, de hecho son poseedores de varios premios internacionales.
Hacen cuatro tipos de vinos rosados: uno, dulce de aguja; otro elaborado como si fuera vino blanco; otro como si fuera vino tinto; y, por último, uno fermentado en barrica.
Como os decía, una vez en el interior de la bodega procedimos a la cata de varios de sus vinos: un mosto, un Burro Loco rosado listo para ser embotellado, un Carredueñas y un Burro Loco tinto.
Aquí también pudimos ver unos vídeos sobre los viñedos, sus cuidados y la elaboración de los vinos, así como un video muy simpático en el que nos explican por qué uno de sus afamados vinos recibe el nombre de Burro Loco.
Rematamos con el tinto Concejo acompañado de una deliciosa sopa castellana.
De aquí, nos fuimos a la Hospedería de Valoria la Buena. Ya os comenté al principio de este post, que la antigua hospedería fue el germen de este pueblo. Ya en el siglo X había una pequeña hospedería, pues por aquí pasaba una cañada que unía Valladolid con Burgos. Más tarde, sobre ella se construyó una torre cuyo objetivo no era defensivo sino recaudatorio. En el siglo XVIII, se convirtió en palacio que fue dividido en dos mitades cuando los propietarios se fueron arruinando. Por último, a principios del siglo XX, una de las mitades la compró el bisabuelo del actual propietario, además de 9 hectáreas de viñedo y una bodega que tenía 300 años. Esta es, a grandes rasgos, la historia de la hospedería que hoy es un hotel-restaurante.
En este hotel hay 14 habitaciones además de varios salones para la celebración de eventos, sin olvidarme del restaurante "El sueño del general"
Tras visitar las instalaciones, disfrutamos de una riquísima comida regada, como no podía ser de otra manera, con el vino Concejo, elaborado con Tempranillo 100% y D. O. Cigales:
- Ibéricos y queso curado:
- Ensalada de queso y frutos secos
- Pimientos rellenos:
- Molde de tostón deshuesado:
- Por último, un riquísimo postre de chocolate:
Con ésto terminó nuestro maravilloso fin de semana en Valladolid. Tres días en los que hemos visitado tres bodegas completamente distintas y en los que hemos disfrutado de la buena mesa, buenos vinos y excelente compañía. Como os comenté en el primer post de esta aventura, "Valladovid" es una experiencia enoturística que organiza Winy Fog y que merece la pena disfrutar.
Hasta pronto amigos!!
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