martes, 27 de enero de 2015

Museo del Romanticismo

El Museo del Romanticismo está situado en la calle San Mateo nº 13 de Madrid, en un palacio de estilo neoclásico que se construyó a finales del s. XVIII.

Fue creado con el nombre de Museo Romántico por el Marqués de la Vega-Inclán e inaugurado en 1924 con las obras de su fundador además de donaciones de personalidades de la época como el Marqués de Cerralbo, Mariano José de Larra, Juan Ramón Jiménez, José de Zorrilla...
El Marqués de la Vega-Inclán fue un destacado personaje de la vida cultural española de principios del siglo XX, además de creador del turismo "cultural" y restaurador del Patrimonio Nacional; también creó un museo monográfico del Greco en Toledo y recuperó la casa que habitó Cervantes en Valladolid para convertirla en biblioteca y museo.
Se pueden contemplar distintas colecciones: pintura, miniaturas, mobiliario, artes decorativas, estampas, dibujo y fotografía.
Colección de pianos que se encuentran en distintas salas del museo

Salón de Baile
En el Oratorio se encuentra el cuadro de San Gregorio Magno pintado por Goya a finales del siglo XVIII.






En la sala de niños hay juegos y juguetes de la época, como este coche:


El Museo cuenta, además con un jardín interior (Jardín del Magnolio) al que se accede desde la cafetería (Café del Jardín). El acceso a la cafetería es libre y es un espacio recogido, tranquilo, donde seguro que se puede tomar un café desconectando del estrés diario y disfrutando de unas tartas caseras que invitan a probarlas.

En el museo también se organizan actividades educativas y culturales para todo tipo de público, niños o adultos.
Muy cerca de aquí, en la calle Fuencarral nº 57 está el Mercado de San Ildefonso. Un Street food market inaugurado en Mayo de 2014 donde hay puestos de comida y bebida especializados y atendidos por grandes profesionales.

Tres plantas donde puedes degustar carnes, marisco, croquetas, queso, frutas, brochetas, vinos, tapas... Recomendable sin duda.



Al salir de aquí, nos acercamos a otra de esas tabernas centenarias que hay en Madrid y que son tan entrañables. Bodega de La Ardosa, en la calle Colón 13, a escasos metros de la calle Fuencarral.

 Esta taberna, fundada en 1892, es famosa por su tortilla de patatas aunque también dicen que el salmorejo tiene fama mundial. Nosotros hemos tomado unas alcachofas a la parrilla que estaban deliciosas, no en vano recibieron un premio por esta tapa.


La cerveza también es muy buena. Pilsner Urquell con la que fueron pioneros importando cerveza checa en los años 80.  La sirven en pintas o medias pintas.
El vermut, de grifo, también tiene mucho éxito entre su clientela.
Tiene sus paredes decoradas con botes de cerveza, fotografías antiguas y todo tipo de pósters, además de un cuadro con los resultados de los que han participado en los distintos campeonatos de bebedores de cerveza, con el número de pintas conseguidas. En la trastienda hay un pequeño saloncito al que se accede pasando por debajo de la barra.

Ha sido nuestra primera visita y no será la última. Tenemos que probar las croquetas que también tienen muy buena fama. Por algo será...

De aquí continuamos paseando hasta Chueca. En la calle Gravina 11, frente a la plaza de Chueca, la taberna Angel Sierra es otra tradicional taberna con sabor castizo. Detrás de la barra, tiene un salón bastante acogedor (entrando por la calle S. Gregorio).


 Cerveza bien fresca y vermut de grifo acompañados de una aceitunas de las ricas, ricas.


Y con esto terminamos una soleada mañana del último domingo del mes de enero.



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