lunes, 23 de febrero de 2015

Museo Arqueológico Nacional

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) está en la calle Serrano 13, de Madrid.
Es impresionante, tanto por las piezas que conserva como por la extensión del museo.

Fue creado en 1867 por la reina Isabel II con el objetivo de reunir los bienes culturales de la historia española que se albergaban en distintas instituciones así como recopilar otros muchos dispersos por el territorio español a veces es estado de deterioro y abandono.
Consta de tres plantas en las que hay 36 salas. El recorrido está muy bien señalizado y hay carteles explicativos muy interesantes así como audiovisuales de corta duración que te ayudan a entender todo lo que estás viendo.

En esta ocasión hemos visitado 13 salas que corresponden a la época que va desde el Paleolítico a las primeras civilizaciones en la Península Ibérica (Prehistoria y Protohistoria) Esta última etapa no hemos terminado de verla. Lo hemos dejado para otra visita pues es tanta la información que al final estaba un poco saturada (y cansada)
La Prehistoria es el período de mayor duración de la historia de la humanidad, abarca desde la aparición del primer ser humano, hasta el inicio de la escritura.
Cráneo de homo Georgicus (1,8 millones de años) / Réplica de dientes encontrados en Atapuerca

Restos de fauna. Desde grandes elefantes a pequeños roedores

Durante la visita vas realizando un viaje en el tiempo y vas viendo la evolución del ser humano así como los avances de las herramientas utilizadas para la caza.
 

Escultura a escala natural de una mujer neandertal
Tras el paseo por el Paleolítico, nos adentramos en el Neolítico, donde vemos muestras de sus actividades típicas; ganadería, agricultura, cestería y cerámica.
 
 
Junto a los nuevos materiales, perduran otros como el sílex.


También se destaca la importancia de los ritos funerarios y se exponen ajuares que enterraban junto a los difuntos. La siguiente foto es la recreación de un enterramiento campaniforme.

El difunto fue enterrado en una fosa que luego fue recubierta con piedras de manera que la tumba fuera visible. Le acompañaba un ajuar formado por un juego de cerámicas campaniformes y un conjunto de armamento en piedra y metal. El ajuar original se conserva  en el Museo de Valladolid, provincia donde se encontró la sepultura recreada.
Llegamos a la Edad del Bronce donde existen las diferencias sociales y la metalurgia es un signo de poder.

Joyas del final de la Edad del Bronce:
 
El brazalete anterior es la obra maestra de la denominada orfebrería Villena-Estremoz, constituida casi exclusivamente por brazaletes realizados con una sofisticada técnica que incluye el uso del torno, un complicado calado y cortado de los picos y por último su fundición a la cera perdida.
 
Tras esto comienza la etapa conocida como Protohistoria, marcada por los intercambios comerciales con otros pueblos.

"Candelabros" de Lebrija. Sevilla. Oro. Finales s. VIII - principios s. VII a. C.

Réplica del Tesoro del Carambolo (Carnas. Sevilla). Oro. Finales s. VIII - s. VI a. C.

Rueda de carro de Toya. Jaén
¿Habéis oído hablar de la Dama de Baza?
Pues está en este museo. Es una escultura íbera  labrada en piedra caliza policromada, del s. IV a. C. Se encontró en Baza (Granada) en una cámara funeraria junto a su ajuar correspondiente.
 
 
También me ha llamado la atención la Vajilla de Abengibre. Hallada en las cercanías de un poblado prerromano, estas piezas debieron formar parte de la vajilla ceremonial de un santuario que habría sido ocultada en un momento de peligro.
 
Ahora vais a ver el motivo por el que he visto hasta la sala 13 y no he parado antes pensando en una próxima visita. No podía irme sin verla.
 
 
La Dama de Elche. Escultura íbera en piedra caliza que data de finales del s. V y principios del IV  a. C. Icono de la arqueología ibérica. Su identidad es un misterio, se le atribuye un carácter tanto humano como divino. En la parte posterior posee un orificio que podría ser un recipiente funerario. Preciosa, ¿verdad?
 
Pues hasta aquí llegó la visita al MAN. Aunque no nos olvidamos de visitar, antes de salir del recinto, las réplica de las pinturas rupestres de la Cueva de Altamira. Me ha encantado.
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario