El color que le da nombre es el protagonista gracias a la piedra de Villamayor que cubre las paredes del interior.
Es un restaurante relativamente nuevo, abrieron hace pocos meses, en el que tienes la opción de tapear en unas pequeñas salas, recogidas, con distintos ambientes, unas tapas que se elaboran al momento.
Si lo prefieres, puedes comer a la carta en el salón-restaurante, también recogido y acogedor cubierto con una bóveda de ladrillos, en el que se conserva un pozo con agua y cuya decoración es muy original.
Después de pedir la comanda, nos trajeron el pan con un aceite de los Arribes del Duero que estaba riquísimo. También nos trajeron una crema de gambas, calentita, que nos sentó fenomenal.
- Huevos poché sobre patatas chips , crujiente de jamón y foie.
- Parrillada de verduras con sus crujientes y yema de huevo.
Después tomamos una chuleta de vaca de la Valmuza para compartir. Pesaba 1900gr! Exquisita.
Esta carne procede de animales que se alimentan de pastos secos en las dehesas del campo charro. Tras más de dos meses de maceración.... un placer para cualquier paladar.
El postre, exquisito también. Milhojas de crema pastelera, galleta de naranja y helado de mango.
Oroviejo presume de su horno de leña en el que asan cordero, cabrito, cochinillo.... Habrá que volver y probarlo.
El trato del personal fue inmejorable. Siempre atentos a nuestras necesidades y muy amables. Desde luego volveremos, pero la próxima vez habrá que probar las tapas...
Que buena pinta tiene todo!!!!!!!
ResponderEliminarEstaba todo buenísimo, Susana. Recomendable 100%
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