martes, 21 de agosto de 2018

"Crucero por tierra: Nimes"

Nuestro segundo día de viaje terminó en Nimes, una ciudad francesa conocida por sus "ferias", los toros y sus monumentos romanos. Llegamos a última hora de la tarde y después de dejar el equipaje en el hotel donde pasaríamos la noche, nos fuimos a pasear y hacer un primer reconocimiento de la ciudad.
Nos acercamos al Monumento "estrella", su Anfiteatro (Les Arenes) que lucía así de bonito:
Terminamos el día cenando en la terraza de un pequeño bar "Entre 2 tapas" donde la comida estaba riquísima y el personal que nos atendió, súper amable.
El primer sitio que visitamos a la mañana siguiente fue, precisamente, el Anfiteatro, de finales del s. I - principios del II, magníficamente conservado, del que os hablaré en el próximo post.
Aquí compramos un ticket válido para visitar además la Maisón Carrée y la Torre Magna.
La Maison Carrée es otro monumento estelar de Nimes. Es el templo romano mejor conservado de Europa, de finales del s. I con columnas rematadas por capiteles corintios. La visita a este templo consiste en ver la proyección de un video que recrea cómo era la vida en la ciudad durante la época romana. (En francés con subtítulos en inglés)
Otra visita ineludible es el Jardín de la Fontaine, parque romántico declarado "Jardín Destacado" que fue levantado en el s. XVIII. En su interior podéis ver la fuente de Nemausus, los restos del Templo de Diana y subir a la Torre Magna, desde donde hay unas vistas magníficas de la ciudad.
Fuente de Nemausus
Los restos del Templo de Diana dejan ver un monumento consistente en una sala principal flanqueada por unos corredores. Forma parte de un santuario dedicado al culto del emperador y su familia. La atribución del monumento a Diana, diosa de la caza, no tiene un fundamento histórico.
Subir a la Torre Magna, nos llevó unos 25 minutos bajo un sol abrasador, pero mereció la pena. Era la torre más alta del recinto romano. Fue construída hacia el año 15 a.C. con una base octogonal y tres niveles (36 metros de altura) de los que hoy quedan dos. Una vez allí, es interesante subir a lo más alto de la torre y disfrutar de las vistas de la ciudad y alrededores.
Después de todo ésto, tomamos un refrigerio en "Las Tables de la Fontaine", un restaurante con terraza en el parque, y volvimos al centro para comer en el Restaurante Nicolas (1 Rue Poise).
Allí disfrutamos de comida tradicional y casera en un ambiente familiar: Picantón asado, Bacalao al estilo de Nimes, Rabo de toro (el culpable de que fuésemos hasta allí), Ensalada y Tarta de pera (riquísima)
Después de disfrutar estos manjares, continuamos con nuestra aventura y pusimos rumbo a Niza, nuestro siguiente destino.
Pero no puedo despedirme sin antes enseñaros la Plaza del Mercado, la de las Hierbas y la del Reloj, sitios con encanto, donde poder tomar algo tranquilamente.
La palmera y el cocodrilo, símbolos del escudo de Nimes, en la Plaza del Mercado
Junto a la Plaza de las Hierbas, la Catedral.
Plaza del Reloj, con su torre reconstruída en el s. XVIII
Hasta pronto amigos!!

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